martes, 11 de marzo de 2008

Los pobres: El capital más valioso del capitalismo


Laura Bozzo usa panelistas falsos en cada uno de sus programas, le paga algún dinero a personas pobres para que vayan a actuar representando un caso supuestamente de la vida real. Humilla el honor y dignidad de las personas pobres aprovechándose: 1) de la poca valoración propia que tienen estas personas de su honor (debido a su pobremente formada autoestima), o 2) de que la situación económica de estas personas es tan mala que termina pesando más que su propio honor, quedándoles no más salida que la de aceptar el dinerito, o 3) de la combinación de las dos primeras posibilidades.

Panasonic ha sacado un comercial por la televisión que toma a niños pobres como figuras publicitarias terminando con un slogan gigantescamente hipócrita. El comercial lleva como slogan: “¿Qué quieres ver?”, como diciéndole a las personas que lo que sea que quieras ver lo puedes ver a través de sus televisores, y para que tenga mayor impacto coloca niños pobres de regiones tercermundistas deseando ver cosas que nunca han visto (y probablemente no verán). Finalmente en esas regiones, frente al niño que deseó ver un elefante, aparece una televisión Panasonic "High Definition" bastante grande mostrando la imagen deseada, y termina diciendo: “Lo hacemos por ellos”. Si ellos han formado la empresa para que los niños pobres del mundo puedan ver lo que en sus mentes deseen, mañana podremos ver a Fidel Castro corriendo bolsas por Wall Street.

Lourdes Flores –por citar un ejemplo, ya que todos lo hicieron- en la última campaña presidencial subió al cerro San Cristóbal a comerse un plato de un comedor popular y bailar reggaetón con las señoras de dicho comedor. Eso sí previo aseguramiento que la seguía la prensa nacional e internacional de forma masiva.

Todos estos ejemplos me llevan a concluir algo que no quiero aceptar pero que la realidad se encarga a cada momento de recordarme. El sistema capitalista es inevitablemente corruptor en términos sociales.

Los pobres son el capital más rentable del mundo. La paradoja del tema es que a los únicos que no les proporciona utilidades es a los mismos pobres. Entonces podemos comprobar efectivamente que son capital y nada más, han perdido ante los ojos capitalistas la aptitud de “ser humano”, ahora son parte del circuito económico.

Quiénes los usan (¿usamos?) lo hacen porque aprovechan una situación de ventaja, no sólo la ventaja obvia de índole económica, sino otras ligadas como la ventaja de educación. Es como contratar con otro que tiene menos información que tú, la teoría del hombre económico entenderá que aquél que tiene más información (se encuentra en situación de ventaja) la tiene que aprovechar ara obtener la mayor utilidad posible de la relación.

Entonces dirán algunos que sólo están aprovechando su situación de ventaja, que son personas normales y corrientes, pero he ahí justamente lo que el sistema capitalista extremo nos hace olvidar: la solidaridad entre seres humanos. La inmoralidad no cuesta nada en términos económicos, pero millones en términos sociales. ¿Actuamos nosotros como los ejemplos citados?

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