¿Cómo, no estaban metidas ahí hace tiempo? – dirá alguno.
Sí, pero esta vez hablamos de profesionales en prostitución interesados en incursionar en política. ¿Y, por qué no?
La prostituta Bella (qué lindo suena) se ha lanzado al Congreso, ya tiene partido, y mejor aún, ya tiene varias entrevistas en medios que le han hecho medianamente conocida.
Digamos que ni su nivel académico ni su experiencia en asuntos legislativos dan la talla para la altísima investidura que corresponde a un parlamentario de la Nación, pero, seamos honestos, ¿cuántos de los actuales sí da la talla? Poquitos.
Lo interesante es que Bella, nuestra Bella (me he ido encariñando), ha planteado temas interesantes en cuanto a discriminación de grupos urbanos excluidos, y de orden del negocio de prostitución en cuyos alrededores se cocinan actividades como la explotación sexual, el narcotráfico, la evasión tributaria, etc.
No es necesario ser prostituta para plantear estos temas en la agenda política, pero hasta ahora nadie lo ha hecho. A mí no me alcanza el amor como para votar por ella, pero sí para escucharla atentamente.
A ti, ¿qué te gustaría hacer con ella?
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