sábado, 31 de marzo de 2007

Mi universidad, y lo que pasa con ella.







Sobre el conflicto que se ha suscitado entre la administración actual de la -hasta ahora- Pontificia Universidad Católica del Perú y la Iglesia Católica, representada por el cardenal Juan Luis Cripriani.

Cuando están envueltas dos instituciones de tantísima popularidad -buena, mala o regular- en el país no es raro que acapare la atención de la opinión pública, y que opiniones, críticas y comentarios vengan de distintas punterías, y con distinto calibre además. Entre todo lo que se ha dicho sólo quiero aportar mi perspectiva de las cosas, la de un estudiante de la universidad involucrada, pero específicamente sobre la protesta realizada por estudiantes de la PUCP frente a la casa de Rafael Rey.

Primero debo decir que la gran discusión del problema pasa por reconocer que nuestra universidad no es católica solamente, y el estatuto de la universidad no está adaptado a lo requerido por El Vaticano para que sea considerada católica. Por lo tanto no debe llevar el agregado de "Pontificia", a menos que se reconozca que se va a llevar (y se ha venido llevando) por una cuestión honorífica de respeto hacia la religión católica que es la que mayoritariamente se predica, que la universidad toma la religión católica como guía en sus postulados más profundos. Eso puede ser, mas no porque reconoce en el Papa a la máxima autoridad.

Somos una universidad laica, y no podemos negarlo. En nuestra universidad existen personas de diferentes religiones, ideologías distintas desde marxistas hasta extremistas liberales, hay heterosexuales como homosexuales, y así de extremo a extremo, por eso lo digo una vez más, ¡está ahí justamente la riqueza de la universidad! no sólo en la convergencia y pluralismo, sino en el respeto por el otro que es distinto a mí. Eso nos hace mejores.

Como la universidad es de naturaleza distinta a la que su nombre dice, entonces se genera un problema. La solución puede pasar por retirarnos el agregado "Pontificia" al nombre, o adecuarnos al estatuto del Vaticano, o como último opción y es de lo que yo soy partidario: llegar a un acuerdo entre las autoridades de ambas instituciones, al mismo estilo de la conciliación. Como dice Rosa María Palacios en un artículo publicado en Perú21, señores Cipriani y Guzmán-Barrón los invito a sentarse a conversar y poner fin al problema. Como en toda conciliación ambos tienen que ceder, pero de eso se trata, recuerden que representan a muchísima gente que confía en ustedes.

Sobre Rafael Rey y su intervención. Él señor Rey concedió una entrevista en el conocido programa "Cuarto Poder", pidió expresamente que se le diera el título de ciudadano. Sin embargo el señor Rey no puede ocultar que es parte del Opus Dei -aquel grupo que congrega el sector más conservador de la iglesia- y tampoco puede ocultar que es ministro de estado. Creo que ambos roles hacen ineludible su interés en el asunto, por lo tanto refuto a todos aquellos comentarios que dicen que no se le debe hacer caso a los comentarios de Rey pues él no tiene nada que ver, eso es incorrecto.
En resumidas cuentas dijo que condena el pluralismo, si es que esta se da en una universidad que se dice Católica. Es decir en una universidad católica no se puede permitir que desde las aulas se enseñe más religión que la católica, más doctrinas que las compatibles con la doctrina católica. Como ya expliqué nuestra universidad de católica tiene mucho, pero no como quiere el señor Rey y la Iglesia, sólo me gustaría decirle que es lamentable la intolerancia que él propaga. No hay grandeza más grande que aceptar, conocer, ayudar y reconocerte en la persona distinta a uno mismo, porque de él aprendes nuevas formas de ver la vida, porque no hay tal cosa como la perfección. ¡Qué pena que no pueda ver esto!

Sobre la protesta de mis compañeros de la universidad frente a su casa, entiendo que al ver atacado su pensamiento, el pluralismo de la universidad y otras cosas en las que nosotros creemos, nos hayamos visto llamados a reclamar. Por otro lado quiero rectificar que no se trata de una muestra de intolerancia (en la medida que fue una protesta pacífica, realizada con el mayor respeto) sino de un anuncio de los estudiantes de la Católica al Perú, que creemos en la riqueza del pluralismo, eso es todo; para lo siguiente nos queda dejar en claro que no se trata sólo de lo que dijo Rafael Rey sino de la esencia de nuestras vidas, de nuestra educación y cultura que es con lo que se han metido. No esperen menos.

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